27 de mayo de 2018

2602- LOS PELIGROS DE LA MÚSICA.

Giovanni Bapttista Lully, inventor de la batuta. (1632-1687)
Nada más lejos de mi intención que asustar a quienes tengan vocación por la música, máxime cuando uno de mis yernos (Israel Salvador) es profesor y músico de la Banda Municipal de Castellón. Sin embargo he querido plasmar un desgraciado hecho relacionado con el género musical y que acabó con la vida del protagonista, cuyo nombre fue Jean Baptista Lully, inventor de la batuta. Esa varita, fabricada en sus mejores versiones en marfil y empuñadura de ébano, no estaba todavía inventada en aquellos tiempos del siglo XVII. El célebre músico y compositor había nacido en Florencia el 28 de Noviembre de de 1632 y recibió sus primeras lecciones musicales de manos de un monje franciscano, trasladándose a Francia con tan solo 10 años de edad. Con 11 años de edad (1643) Lully entró como ayuda de cámara de Madmoiselle de Montpensier que quería practicar la lengua italiana. 

Rey Luis XIV de Francia (1638-1715)
Dos años más tarde (1645) el muchacho puso de manifiesto su dotes como bailarín y maestro violinista. Con 20 años entró al servicio de Luis XIV y a los 30 fue nombrado Director de la Banda Real des Petits Violons. Perfecto cortesano se convirtió en compositor de cámara y superintendente de la Música de Su Majestad, lo que le valió posteriormente títulos de nobleza, al ser nombrado en 1681 secretario al servicio del rey. Pero vayamos al grano, al respecto del invento de la "batuta" a cargo de tan célebre personaje, Jean Baptista Lully... 
Hasta entonces los directores de orquesta no disponían batuta y para llevar el compás solían recurrir a palmotear con las manos o a dar patadas en el suelo para poder mantener el ritmo de la partitura. El astuto músico florentino inventó entonces lo que más tarde se convertiría en la actual y grácil varita llamada batuta, pero que en aquel momento fue pesada barra de hierro del tamaño de un largo bastón. 

La forma de marcar el "tempo" se hizo famosa rápidamente en toda Europa e incluso algunos directores viajaron a París a entrevistarse con nuestro personaje, a fin de aprender las reglas de dirigir las agrupaciones musicales con dicho artilugio.
Aquellos días de 1687 el rey galo se había recuperado de una larga enfermedad y el florentino quiso agasajarle programando un "Te Deum" en un convento cercano con el que dar gracias al Cielo por dicha recuperación. Fue justamente entonces, en la cumbre de su carrera musical y cortesana, cuando la imprevisible muerte tenía que sorprenderle de forma sarcástica. Durante la ejecución musical y quizás por el ímpetu que el renombrado director quería imprimirle a la música dedicada a su majestático protector, la varilla de hierro golpeó accidentalmente uno de sus pies provocándole una pequeña herida que se le infectó rápidamente causándole gangrena. Pocos días después se le amputaba la pierna, pero fue demasiado tarde y a los tres meses murió por infección generalizada. En aquellos tiempos sin antibióticos, la bacteria Clostridium se cobraba miles de vidas todos los años y Lully fue uno más de la larga lista de 1687.

RAFAEL FABREGAT

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